Los orígenes de esta hermandad se remontan al año 1579, cuando fue aproba¬da la Regla de la cofradía de disciplina de Nuestra Señora de la Encarnación. Con el paso de los siglos, la hermandad aumentó el número de sus advocaciones y modificó su nombre, permaneciendo siempre establecida en la parroquia de Santiago. La Regla de la hermandad de Nues¬tra Señora de la Encarnación fue ampliada en 1759 para adaptarse a los nuevos tiempos, intitulándose a partir de ese momento Hermandad del Cristo de la Expiración.
De esta forma continuó existiendo la cofradía hasta que, en los primeros años de nuestra centuria, la escasez de recursos económicos hizo que decayera su actividad. Entre 1908 y 1936 no efectuó estación de penitencia, celebrando únicamente el septenario de Nuestra Señora de los Dolores; estos cultos llegaron a interrumpirse durante la Guerra Civil. En 1940 se reanudan los cultos, pero no así las procesiones; a partir de 1942 se alzaron voces que proponían la creación de una hermandad que aglutinase a los estudiantes ecijanos en torno al Cristo de la Expiración.
En 1954, a propuesta del párroco de Santiago, se celebró un cabildo general de elecciones para reorganizar la hermandad que no obtuvo el fruto deseado; reiterado de nuevo el intento, en 1962, cristalizó con la creación de una comisión gestora que llevó en Vía Crucis al Cristo de la Expiración, hasta las parroquias de Santa María, San Juan y Santa Cruz, acompañado por más de 500 devotos.
La nueva hermandad de la Expiración inició su estación de penitencia en la Semana Santa de 1965 y es la que, con renovadas energías, mantiene vivos aún el mismo fervor y devoción religiosa que, en 1579, unieron a un grupo de ecijanos de la collación de Santiago.
De esta forma continuó existiendo la cofradía hasta que, en los primeros años de nuestra centuria, la escasez de recursos económicos hizo que decayera su actividad. Entre 1908 y 1936 no efectuó estación de penitencia, celebrando únicamente el septenario de Nuestra Señora de los Dolores; estos cultos llegaron a interrumpirse durante la Guerra Civil. En 1940 se reanudan los cultos, pero no así las procesiones; a partir de 1942 se alzaron voces que proponían la creación de una hermandad que aglutinase a los estudiantes ecijanos en torno al Cristo de la Expiración.
En 1954, a propuesta del párroco de Santiago, se celebró un cabildo general de elecciones para reorganizar la hermandad que no obtuvo el fruto deseado; reiterado de nuevo el intento, en 1962, cristalizó con la creación de una comisión gestora que llevó en Vía Crucis al Cristo de la Expiración, hasta las parroquias de Santa María, San Juan y Santa Cruz, acompañado por más de 500 devotos.
La nueva hermandad de la Expiración inició su estación de penitencia en la Semana Santa de 1965 y es la que, con renovadas energías, mantiene vivos aún el mismo fervor y devoción religiosa que, en 1579, unieron a un grupo de ecijanos de la collación de Santiago.
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